El termómetro es una herramienta muy útil que os abrirá y mejorará muchos campos de vuestra cocina particular. Con el termómetro de cocina podremos controlar las temperaturas para elaboraciones que necesitan esa precisión como confitados, asados, helados, bombonería y otros procesos en cocina y, sobre todo, en pastelería. En la imagen podéis ver como mido la temperatura del aceite para confitar unas patatas. El aceite ha de estar a una temperatura entre 60º-80º y mantenerla constante.
Por otro lado, os preguntaréis por qué me pongo unos guantes… Y la respuesta es muy sencilla: el viernes me hicieron la manicura y no hay peores enemigos irreconciliables que unas uñas pintadas y la cocina. La cocina estropea la manicura y los esmaltes de uñas se pierden con una facilidad pasmosa entre la comida. No hay nada peor que encontrar en un plato elementos ajenos a la comida. Para evitar esta contingencia os recomiendo mi truco de tener un cajita de guantes deshechables (no volver a usar para otra ocasión, por favor) que os vendrán muy bien no solo cuando tengáis las manos arregladas sino también para manejar adobos, masas, chocolates y otras elaboraciones que resultan incómodas, sucias o pringosas de tratar manualmente.